«Vivo en un edificio de los años 60 en la Avenida de la Libertad. La fachada tenía grietas y humedades que empeoraban cada invierno. El equipo no solo reparó los daños, sino que detectó filtraciones en cañerías antiguas que nadie más había visto. Usaron materiales que respetan el estilo original y terminaron antes de lo previsto. Ahora, hasta los vecinos preguntan por el cambio. ¡Hasta las plantas de mi balcón han revivido sin la sal acumulada!»